BUSCANDO LA OVEJA PERDIDA.
Mientras Jesús enseñaba⸴ se le acercaron muchos de los que cobraban impuestos para el gobierno de Roma⸴ y otras personas a quienes los fariseos consideraban gente de mala fama. Al ver esto⸴ los fariseos y los maestros de la Ley comenzaron a criticar a Jesús⸴ y decían: ‘ Este hombre es amigo de los pecadores⸴ y hasta come con ellos ‘. Al oír esto⸴ Jesús les puso este ejemplo: ‘ Si alguno de ustedes tiene cien ovejas y se da cuenta de que ha perdido una⸴ ¿ acaso no deja las otra noventa y nueve en el campo y se va a buscar la oveja perdida ? Y cuando la encuentra⸴ la pone en sus hombros y vuelve muy contento con ella. ¡ Vengan a mi casa y alégrense conmigo ! ¡ Ya encontré la oveja que había perdido ! De la misma manera⸴ hay más alegría allá en el cielo por una de estas personas que se vuelve a Dios⸴ que por noventa y nueve personas buenas que no necesitan volverse a él ‘ ( Lucas 15⸴1-7). El cielo se regocija cuando alguien que había estado perdido es hallado. Una persona que es ganada es un deleite mayor que noventa y nueve personas salvas. En el reino de Dios⸴ la prioridad está en encontrar y en traer al arrepentimiento al que ha pecado. En el reino de los cielos ⸴ el buen pastor es descrito como el que deja las noventa y nueve en el desierto y va a los lugares peligrosos⸴ al mundo⸴ tras la que se perdió. El no se queda en el desierto⸴ cuidando el rebaño que está seguro⸴ sino que va tras la que se ha perdido. Cristo⸴ el buen pastor⸴ hace eso a través de nosotros hoy. Los judíos estrictos del tiempo de Jesús⸴ aceptaban que si un pecador se arrastraba hacia Dios⸴ el Señor lo podría perdonar; pero⸴ de ninguna manera hubieran aceptado que fuera Dios el que iba a buscar al pecador. En el principio de la humanidad⸴ cuando las primeras ovejas perdidas fueron los primeros seres humanos⸴ Dios no los dejó abandonados. Dice el libro del Génesis que resonó la voz de Dios: ‘ Adán⸴ Adán⸴ ¿ dónde estás ? ‘. (Génesis 3⸴10). Bien sabía Dios dónde estaba escondido⸴ su pregunta intentaba reabrir el diálogo que había sido interrumpido por el pecado. Dios siempre toma la iniciativa de salir a buscar al pecador. Jesús llevó su mensaje a la gente. Iba adondequiera que hubiese personas⸴ a los mercados⸴ a las esquinas⸴ a las laderas de las montañas⸴ a las playas⸴ a las casas. Jesús dijo: ‘ Como me envió el Padre⸴ así también yo os envío ‘ ( Juan 20⸴21). El gran llamado de Cristo a su Iglesia y que alegrará el cielo⸴ es el de buscar a aquella oveja que está fuera del rebaño⸴ de la vida eterna.