CREYENDO EN LA VISIÓN.

Materiales bíblicos para el mundo

CREYENDO EN LA VISIÓN.

21 enero, 2019 Tratados 0

La Palabra de Dios gobierna la Tierra y los asuntos de los hombres. A diferencia de los seres humanos⸴ Dios nunca habla solo para escuchar su voz. Cuando Dios habla – y habla todo el tiempo – habla con propósito. Cuando Dios se propone hacer algo en el mundo⸴ habla a su pueblo⸴ llamándolo a preparar el camino. ‘Porque no hará nada Jehová el Señor⸴ sin que revele su secreto a sus siervos los profetas ‘ (Amós 3⸴7). Cuando Dios estuvo listo para establecer una nación a través de la cual vendría el Salvador⸴ le habló a Abraham y le dio un hijo en su vejez. Cuando estuvo listo para librar a esa nación de la esclavitud en Egipto⸴ le habló a Moisés. Cuando estuvo listo para llamar a su pueblo a que se volviera del pecado y la idolatría⸴ les habló a Elías⸴ Isaías⸴ Jeremías y otros profetas. Cuando Dios estuvo listo para enviar a su hijo al mundo⸴ les habló a María y a José.



Hoy Dios se mueve con poder en el mundo y convoca a su pueblo para que se una a Él en lo que está haciendo. Él llama a los Anás del templo y a los Juanes Bautistas para preparar el camino. Él es el Señor de la historia y busca profetas que declaren su Palabra e intercesores que den a luz esa palabra por medio de la oración vencedora y la lleven a la práctica.


En toda la Tierra⸴ creyentes jóvenes y viejos se reúnen en respuesta a su llamado. Se comprometen a vivir en un abandono total a Cristo. Miles de personas se dedican a orar y ayunar por el avivamiento⸴ y para que las naciones se vuelvan a Dios. Nada de esto sucedería a menos que Dios se estuviera preparando para un movimiento importante. Él puede dar vuelta las naciones y el mundo. Él quiere hacerlo y ha invitado a su pueblo a unirse a la tarea. ¡ Qué responsabilidad⸴ pero⸴ oh⸴ qué privilegio !



Muchos creyentes de todo el mundo están captando la visión de que sus naciones pueden cambiar⸴ y puede llegar un gran avivamiento. Responden a la necesidad⸴ aun a la urgencia⸴ de vivir vidas de santidad y obediencia sin concesiones a Cristo⸴ y ayuno y oración persistentes. Estas son las cosas que siempre han movido la mano de Dios. Cuando Dios convocó a ayunos colectivos en el Antiguo Testamento⸴ siempre⸴ algo cambió en los cielos. El mismo principio se aplica en la actualidad. El llamado de esta hora es a la santidad y la humildad⸴ a la oración y el ayuno⸴ y a buscar el rostro de Dios. Está en juego el destino de las naciones. Está en juego el futuro del mundo.