¡ CUERPOS CAMBIADOS !

Uno de los rasgos simpáticos de nuestros nuevos cuerpos consistirá en que podremos comer en el cielo. ‘ Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero ‘ ( Apocalipsis 19⸴9). En la última cena de Jesús con sus discípulos⸴ El les dijo: ‘ Esta es la última vez que bebo de este vino con ustedes. Pero cuando estemos juntos otra vez en el reino de mi Padre⸴ entonces beberemos del vino nuevo ‘. También les dijo: ‘ Ustedes me han acompañado en los tiempos más difíciles. Por eso⸴ yo los haré reyes⸴ así como mi Padre me hizo rey a mí. En mi reino⸴ ustedes comerán y beberán en mi mesa⸴ se sentarán en tronos y juzgarán a las doce tribus de Israel ‘ ( Lucas 26⸴28-30). Después que Jesús se levantó de la tumba y adquirió su nuevo cuerpo resucitado⸴ Él preparó un desayuno con pescado para sus discípulos: ‘ Jesús les dijo: Vengan a desayunar. Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era; ¡ bien sabían que era el Señor ! Jesús se acercó⸴ tomó el pan y se lo dio a ellos⸴ y también les dio el pescado. Esa era la tercera vez que Jesús se aparecía a sus discípulos después de haber resucitado ‘ ( Juan 21⸴ 12-14). También cenó con dos de sus discípulos⸴ después de su resurrección⸴ con los cuales se encontró en el Camino a Emaús. En Lucas 24⸴ 30-31 leemos: ‘ Jesús se fue a la casa con ellos. Cuando se sentaron a comer⸴ Jesús tomó el pan⸴ dio gracias a Dios⸴ lo partió y se lo dio a ellos. Entonces los dos discípulos pudieron reconocerlo⸴ pero Jesús desapareció ‘. En el cielo no comeremos por la necesidad de nutrición; comeremos para tener regocijo y compañerismo. ¡ Imagínese usted cómo será disfrutar de fiestas donde hay peligro de calorías por toda la eternidad ! Entonces⸴ nuestros cuerpos serán como el cuerpo de nuestro amado Señor Jesús después de su resurrección. Sabemos que esto es verdad porque la santa palabra de Dios nos lo dice. Es difícil de creer que pobres pecadores como somos nosotros⸴ tengamos que recibir un cuerpo semejante al de nuestro bendito Señor. Esta es una de las maravillas de la gracia de Dios. El Salmo 17⸴15 dice: ‘ En cuanto a mí⸴ veré tu rostro en justicia; estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza ‘. En 1 Juan 3⸴2 leemos: ‘ Amados⸴ ahora somos hijos de Dios⸴ y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste⸴ seremos semejantes a él⸴ porque le veremos tal como él es ‘. Si usted⸴ querido lector⸴ quiere recibir este cuerpo glorioso y eterno⸴ invita a Jesús a habitar tu corazón y hazlo tu Señor y Salvador⸴ para que tu nombre sea anotado en el libro de la vida.