Devocional 2016-02-07
EL HAYA Y LA ARDILLA
¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra. Con todo mi corazón te he buscado; no me dejes desviarme de tus mandamientos. En mi corazón he guardado tus dichos. Salmo 119:9-11
Me regocijo en tu palabra como el que halla muchos despojos. Salmo 119:162
La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros. Colosenses 3:16
«Mientras estaba sentado bajo un haya de gran tamaño⸴ admiraba ese espléndido árbol entre todos los demás y me decía: La ardilla⸴ pequeño animal muy vivo y ligero⸴ aprecia este árbol aún más que yo. La veo saltar de rama en rama⸴ y seguramente quiere mucho a este viejo árbol porque en alguno de sus huecos tiene su casa⸴ las ramas le sirven de protección y el fruto de alimento. Vive del árbol⸴ él es toda su vida: su despensa⸴ su casa. En cambio yo tengo mi casa y mi comida en otro sitio.
Deberíamos imitar a las ardillas con respecto a la Palabra de Dios⸴ permaneciendo en ella y viviendo de ella. Ejercitemos nuestras mentes saltando de una a otra de sus ramas⸴ refugiémonos en ella⸴ hagamos de ella lo más precioso del mundo para nuestra alma. Sacaremos gran provecho si ella se convierte en nuestra armadura⸴ nuestro reposo y nuestra delicia».
Con esta comparación muy llamativa⸴ el predicador inglés Charles Spurgeon (1834-1892) subrayó la importancia que tiene para el cristiano permanecer en “la Palabra”. Para ello⸴ leámosla más y más⸴ memoricemos sus enseñanzas⸴ sus promesas y sus advertencias para luchar contra la duda⸴ la tentación y el desánimo. Cuanto más almacenemos esta Palabra en el granero de nuestras mentes⸴ tanto más podremos vivirla y hacerla viva para otros.
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