Devocional 2016-03-04
DOS TEMORES
Pero se levantó una gran tempestad de viento⸴ y echaba las olas en la barca⸴ de tal manera que ya se anegaba… Y levantándose (Jesús)⸴ reprendió al viento⸴ y dijo al mar: Calla⸴ enmudece. Y cesó el viento⸴ y se hizo grande bonanza. Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe? Entonces temieron con gran temor. Marcos 4:37-41
Cuando ocurre una circunstancia como la descrita en los versículos del encabezamiento⸴ a menudo empezamos por echar el agua por la borda para evitar hundirnos completamente⸴ y solo cuando comprobamos que nuestros recursos son insignificantes⸴ recurrimos a Jesús.
El Señor no reprochó a sus discípulos por haberle despertado⸴ sino por su falta de fe. Dudaban del amor de Jesús y del interés que tenía por ellos.
¿Qué esperaban los discípulos que Jesús hiciera cuando le despertaron? Que les ayudara a dirigir la barca⸴ a vaciarla de su agua y a maniobrar los remos… pero no pensaban que él pudiera calmar la tempestad. Entonces el temor que experimentaron ante Aquel que manda a la naturaleza superó el miedo de perecer ahogados⸴ y exclamaron: “¿Quién es este?”⸴ porque aún no conocían realmente a Aquel que tenían a su lado.
Los discípulos fueron⸴ pues⸴ atemorizados por la fuerza de la tempestad y luego por el poder del Señor Jesús.
Cristianos⸴ el Señor desea que confiemos más en su poder y en su amor. Esto no significa que no tengamos que afrontar tempestades⸴ pero estemos seguros de que él estará a nuestro lado en tales circunstancias.
Además⸴ tratemos de conocerle más. En lugar de temor⸴ experimentaremos que “en Dios solamente está acallada mi alma” (Salmo 62:1).
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