Devocional 2016-11-23
EL CRISTIANO Y EL INCRÉDULO
Estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros. 1 Pedro 3:15
Que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye⸴ reprende⸴ exhorta con toda paciencia y doctrina. 2 Timoteo 4:2
Es difícil hablar de Dios⸴ pero lo más grave sería callarse siempre. Empecemos sencillamente diciendo que somos cristianos. No huyamos del diálogo⸴ incluso si el que nos interpela es agresivo: esta actitud puede deberse a un malestar interior. Si el diálogo se ha iniciado⸴ sigamos contando con la ayuda de Dios.
Quizá se nos diga: «¡Ah⸴ qué extraño⸴ usted es creyente!». Habría que saber responder con un amor que alcanza el corazón y convence la inteligencia… Pero si nos cuesta expresarnos⸴ no dudemos en afirmar sencillamente⸴ con nuestras propias palabras⸴ por qué creemos. Aceptemos hacerlo de esta manera⸴ y un día el Señor permitirá⸴ por medio de nosotros o de otro⸴ que una ayuda complementaria sea brindada a aquel a quien Él busca.
El incrédulo que me acusa quizá diga: «¡Su fe es absurda!». Entonces puedo responder tranquilamente: «¡No lo creo⸴ en cambio estoy seguro de que el hecho de no creer en Dios es incoherente!». En efecto⸴ ¿no es curioso decir que todo proviene del azar⸴ e incluso quizá de la nada⸴ y por otro lado reconocer que en la naturaleza existen leyes estables?
Evitemos discutir de una manera abstracta sobre Dios mismo… Él es demasiado grande para que podamos hablar de él correctamente. Es mejor presentar a Jesucristo. Él es el Salvador⸴ el Enviado de Dios. Incluso si nuestras palabras son torpes⸴ cuando pronunciamos su nombre el Evangelio es anunciado.
© Editorial La Buena Semilla⸴ 1166 PERROY (Suiza) ediciones-biblicas.ch – [email protected]
“