Devocional 2017-09-04
MÁS PRECIOSO QUE EL ORO
Me regocijo en tu palabra como el que halla muchos despojos. Salmo 119:162
(Jesús dijo:) El cielo y la tierra pasarán⸴ pero mis palabras no pasarán. Mateo 24:35
Louise había vivido muy modestamente toda su vida en Lyon (Francia). Ya mayor y viuda⸴ tuvo que mudarse a un miserable desván. Un día notó que en la pared había un lugar rectangular ligeramente abombado. ¿Se trataba de un escondite? Recordó que en otros tiempos mucha gente escondía sus ahorros de esa manera. La anciana dio unos golpecitos en la pared; esta parecía hueca. Quizás había un tesoro escondido… Intrigada⸴ logró abrir el escondite. Para su mayor decepción⸴ solo encontró un viejo libro lleno de polvo⸴ en vez del dinero o el oro esperados. Iba a cerrar el escondite sin sentir el mínimo interés por aquel libro⸴ cuando pensó que entre sus páginas quizás podrían haber guardado documentos de valor. Pero no encontró nada valioso. ¿Por qué habrían escondido este libro tan cuidadosamente? Su curiosidad se despertó. Empezó a leerlo… y continuó hasta bien entrada la noche.
Se trataba de una Biblia del tiempo de las persecuciones contra los hugonotes (creyentes perseguidos del siglo 16 al 18). Si bien Louise asistía a una iglesia⸴ hasta ese momento desconocía las Santas Escrituras. Al día siguiente volvió a abrir el viejo libro⸴ y pronto reconoció que había descubierto un tesoro. Poco a poco su vida fue transformada por la Palabra eterna. Louise estaba feliz y agradecida.
Muchos cristianos han sido y siguen siendo detenidos y encarcelados porque poseen la Biblia. ¿Cómo valoramos hoy este Libro?
“Los juicios del Señor son verdad⸴ todos justos. Deseables son más que el oro⸴ y más que mucho oro afinado; y dulces más que miel⸴ y que la que destila del panal” (Salmo 19:9-10).
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