Devocional 2018-05-26
EL FARISEO Y EL RECAUDADOR DE IMPUESTOS
Cualquiera que se enaltece⸴ será humillado; y el que se humilla será enaltecido. Lucas 18:14
No te des prisa con tu boca⸴ ni tu corazón se apresure a proferir palabra delante de Dios; porque Dios está en el cielo⸴ y tú sobre la tierra; por tanto⸴ sean pocas tus palabras. Eclesiastés 5:2
Algunas parábolas (13): Lucas 18:9-14
Resumen: Un fariseo (miembro de un partido religioso) y un publicano (un recaudador de impuestos al servicio de los invasores romanos) fueron al templo a orar. El primero se creía mejor que los demás y daba gracias a Dios por ello. El segundo⸴ al contrario⸴ consciente de sus faltas⸴ imploró la gracia divina: “Dios⸴ sé propicio a mí⸴ pecador”. Entonces Jesús dio la apreciación de Dios: el segundo fue justificado⸴ el primero no.
Significado: El fariseo representa a un hombre que confía en sí mismo y en sus prácticas religiosas. Llega a considerarse superior a los demás. El recaudador de impuestos representa a una persona consciente de su indignidad ante Dios⸴ pero que ora con fe.
Aplicación: Exteriormente la actitud de ambos era la misma⸴ y era buena: oraban en el templo. Pero esto no era suficiente; lo que cuenta es el estado del corazón⸴ y este es puesto a la luz a través de las palabras de los dos hombres: a pesar de sus oraciones⸴ el fariseo ponía su confianza en sí mismo. Expuso sus méritos personales y permaneció ajeno a la gracia de Dios.
Pero el recaudador de impuestos sabía que era pecador y contó absolutamente con la gracia de Dios. Salió del templo con la certeza de que Dios lo había escuchado y recibido. Se fue con el corazón en paz. Tomó el lugar correcto ante Dios y halló el consuelo y la justicia. ¡Imitémosle!
(continuará el próximo sábado)
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