Devocional 2018-06-01
SE LLAMABA «DOLOR»
En mi angustia invoqué al Señor⸴ y clamé a mi Dios. Él oyó mi voz… y mi clamor llegó delante de él⸴ a sus oídos. Salmo 18:6
En paz me acostaré⸴ y asimismo dormiré; porque solo tú⸴ Señor⸴ me haces vivir confiado. Salmo 4:8
Acababa de nacer un niño. Desgraciadamente el parto había sido difícil⸴ con grandes sufrimientos para la madre. Esta le puso por nombre “Jabes”⸴ que significa “dolor”⸴ pues dijo: “lo di a luz en dolor” (1 Crónicas 4:9). Dicho nombre marcó la niñez de este hombre.
En su oración⸴ Jabes abrió su corazón a Dios y le contó toda su preocupación: ¡“Si me dieras bendición⸴ y ensancharas mi territorio⸴ y si tu mano estuviera conmigo⸴ y me libraras de mal⸴ para que no me dañe!”. No dudó en pedir mucho⸴ porque estaba marcado por la cuestión del sufrimiento: deseaba romper con este dolor asociado a su nombre. Puso su confianza en la bondad de Dios⸴ quien podía liberarlo y bendecirlo. ¿Cómo le respondió Dios? “Le otorgó Dios lo que pidió” (1 Crónicas 4:10). Y la Biblia añade que “fue más ilustre que sus hermanos”.
Si nuestra infancia dejó dolorosas cicatrices⸴ pidamos ayuda a Dios y contémosle toda nuestra tristeza. El Creador que nos formó⸴ y que nos amó incluso antes de nuestra concepción⸴ no nos decepcionará. Acerquémonos con fe y abrámosle nuestro corazón. Él desea liberarnos de la amargura y del resentimiento. Quiere darnos una paz que sobrepasa todo entendimiento. Jesús dijo: “Al que a mí viene⸴ no le echo fuera” (Juan 6:37).
“Sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego⸴ con acción de gracias. Y la paz de Dios… guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Filipenses 4:6-7).
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