DIOS NO ENVÍA LA ENFERMEDAD.
Es una tradición el hecho de pensar que Dios desee que algunos de sus hijos sufran enfermedades y que⸴ por lo tanto⸴ muchas personas por quienes se ora no son sanadas. Cuando Jesús sanó al muchacho endemoniado en el Evangelio de Marcos ⸴ capítulo 9⸴ al cual los discípulos no pudieron sanar ( Marcos 9⸴ 17-18); Él probó que es la voluntad de Dios curar a aquellos que no han podido ser sanados. Más aún⸴ Él no atribuyó la falla de los discípulos a la voluntad de Dios⸴ sino a que ellos habían sido incrédulos (Marcos 9⸴19). El hecho de que muchos enfermos por quienes se ora no se hayan sanado⸴ de ningura manera significa que no sea la voluntad de Dios sanarlos. Si la enfermedad fuera la voluntad de Dios⸴ entonces cada médico estaría quebrantando la ley de Dios⸴ cada enfermera estaría desafiando al Todopoderoso y cada hospital sería una casa de rebelión en vez de un lugar de misericordia. Por cuanto Cristo vino a hacer la voluntad del Padre ( Juan 6⸴38; Hebreos 10⸴7-9)⸴ el hecho de que Él sanó a todos prueba de que es la voluntad de Dios que todos seamos sanados. Si no es la voluntad de Dios que todos seamos sanados⸴ ¿ cómo explicar que en las multitudes sanadas⸴ todos recibían de Cristo algo que no era la voluntad del Padre celestial que recibieran ? El Evangelio enfatiza : ‘ Sanó a todos ‘ ‘ Y la gente procuraba tocarle⸴ porque poder salía de Él y sanaba a todos ‘ ( Lucas 6⸴17-19). Si no es la voluntad de Dios que todos sean sanados⸴ ¿ por qué dicen las Escrituras: por sus heridas alcanzamos la salud ( Isaías 53⸴5) y por cuya herida fuimos sanados ? ( 1 Pedro 2⸴ 24). ¿ Cómo podemos nosotros declararnos sanos⸴ si es la voluntad de Dios que estemos enfermos ? Cristo nunca rechazó a los que buscaban su sanidad. Repetidas veces los evangelios nos dicen que Él los sanó a todos ( Mateo 8⸴16; Mateo 9⸴35; Marcos 6⸴55-56; Lucas 4⸴40; Hechos de los Apóstoles 10⸴38). Cristo el sanador nunca ha cambiado ( Hebreos 13⸴ 8). Sólo se menciona a una persona en toda la Biblia que pidió su sanidad diciendo: ‘ Si quieres⸴ puedes limpiarme. Ese fue el pobre leproso a quien Jesús inmediatamente respondió: ‘ QUIERO⸴ SE LIMPIO ‘ ( MARCOS 1⸴40-41). Jesús quiere sanar al enfermo⸴ y te quiere sanar también a tí. Permite que ese quiero para este leproso⸴ sea un quiero sanar tu dolor⸴ tu angustia⸴ tu enfermedad incurable. Deposita las enfermedades en Jesucristo.