EL ESPÍRITU DE DESPREOCUPACIÓN

En las calles de hoy día⸴ se ven claras evidencias de un espíritu de despreocupación. Cuando en la vida no se toma en cuenta a Dios⸴ ésta se vuelve una serie de sucesos sin plan⸴ sin propósito⸴ y sin consecuencias. Conforme se pierde el temor a Dios⸴ la seriedad de la vida también se pierde. Cuando no le damos importancia a la responsabilidad que tenemos para con Dios⸴ ni al juicio venidero⸴ ni al destino eterno⸴ la despreocupación domina nuestras actitudes. Menospreciamos nuestra responsabilidad y el respeto para con los demás⸴ para con los valores de la moralidad⸴ para con el trabajo⸴ y para con la vida en general. La influencia del ambiente en que vivimos nos afecta como cristianos y si no nos cuidamos⸴ nos llevará por el espíritu de la despreocupación. El espíritu de la despreocupación se manifiesta en un enfriamiento de la vida espiritual. Resulta en que no mantenemos una relación viva con Dios de día en día. Perdemos el sentido de responsabilidad ante Dios y más bien comenzamos a compararnos unos con otros en lugar de vivir en el temor a Dios. Comenzamos a decirnos : ‘ Yo no soy tan malo. Hay otros peores que yo.’ Así el espíritu de despreocupación asegura más su control de nuestra vida. Cuando el espíritu de la despreocupación entra en la vida⸴ destruye el interés por las cosas espirituales. La persona se vuelve negligente en su lectura bíblica y en la oración. Pierde el interés por los cultos de su iglesia⸴ y comienza a buscar el compañerismo en el mundo más que en la iglesia. Se siente disconforme con la practicas de su iglesia. Acusa a la iglesia de estar muerta y de que no suple sus necesidades espirituales ni materiales. La verdad es que nada ni nadie puede darle vida espiritual a aquel que vive con el espíritu de la despreocupación. El espíritu de despreocupación cambia a Cristo y su cruz por el ego y el mundo: ‘ Porque nada de lo que el mundo ofrece viene del Padre⸴ sino del mundo mismo. Y esto es lo que el mundo ofrece: los malos deseos de la naturaleza humana⸴ el deseo de poseer lo que agrada a los ojos⸴ y el orgullo de las riquezas (1 Juan 2⸴15-16). El que pone su propia voluntad antes que la lealtad a Dios está diciendo que sus propias ideas son mejores que las de Dios. Esto es incredulidad: ‘ Hermanos⸴ cuídense de que ninguno de ustedes tenga un corazón malo que se aparte del Dios viviente por no creer en él. ‘ (Hebreos 3⸴12). El espíritu de la despreocupación da a luz el materialismo. Esto se nota cuando los negocios toman prioridad sobre la familia y sobre el servicio cristiano. Tal persona difícilmente está disponible para los trabajos de la iglesia. (Apocalipsis 3⸴16).