EL ESPÍRITU SANTO Y EL ROSARIO

El Espíritu Santo dijo el 1 de agosto del 2006⸴ a través de la profeta Lenna: ‘Veo como muchas manos rezan y rezan y entre esas manos van pasando las bolitas y⸴ ustedes saben que el fruto de esas manos es vano⸴ pero ustedes pueden ver como el fruto de sus manos es grande y eficaz; porque ya ustedes cambiaron ese
‘Cuando el profeta habla⸴ los predicadores obedecemos’. La Biblia dice: ‘… y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres ‘ (Juan⸴ 8-32).
Considerando que su uso no tiene base bíblica y que su origen proviene de remotas costumbres paganas⸴ el rosario no es más que otro ejemplo de cómo el paganismo fue mezclado con la religión católica. Hoy día⸴ se lo reza en todas las iglesias católicas. De acuerdo con la tradición⸴ la introducción del rosario en el culto católico -a principios del siglo XIII- se debe al teólogo español santo Domingo de Guzmán (fundador de la Orden de los Dominicos)⸴ pero no existe prueba alguna para tal afirmación.
Curiosamente⸴ el Avemaría es repetido nueve veces más que el Padrenuestro. Pareciera que es más importante o efectiva una oración compuesta por hombres y dirigida a María⸴ que una oración enseñada (supuestamente) por Jesús y dirigida a Dios mismo. Tal énfasis en la ‘madre’ indica a las claras la mezcla del paganismo en el sistema de la Iglesia de Roma.
Jamás una mujer tan santa y temerosa de Dios como la verdadera madre de Jesús⸴ hubiera permitido que los seres humanos se postraran a sus pies para venerarla o le rezaran⸴ porque ella conocía que voluntad de Dios es ‘en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos⸴ y en la tierra⸴ y debajo de la tierra’ (Filipenses 2⸴10). La verdadera María jamás pidió⸴ ni permitiría⸴ que cada día miles de personas le dirigieran millones de Rosarios⸴ o el Ave María⸴ los cuales no consisten más que en una serie de repeticiones que contradicen la palabra de Dios.
Máster Miguel Calderón Valverde
correo electrónico: mcalderón@casadeoracióncr.com
ORACIÓN PARA ACEPTAR A CRISTO
Yo confieso que soy un pecador (a) en necesidad de salvación. Me doy cuenta que viene el día en que será demasiado tarde para ser salvo (a). Yo te recibo ahora Jesucristo como mi Señor y Salvador personal; perdona mis pecados e inscribe mi nombre en el LIBRO DE LA VIDA ETERNA. Amén