EL EVANGELIO Y LA FELICIDAD. x

¡ No discuta⸴ brille ! No puede conquistar las tinieblas discutiendo con ellas. Sencillamente encienda la luz. El evangelio es poder⸴ poder para dar luz. Se debe predicar. Cuando uno está conectado con la fuente de energía la luz llega. Los cables del poder de Dios reciben su corriente del Calvario⸴ de la resurrección y del trono⸴ pues ‘ el evangelio es poder de Dios ‘⸴ escribió Pablo en Romanos 1⸴16 : ‘ A la verdad⸴ no me avergüenzo del evangelio⸴ pues es poder para la salvación de todos ‘. El sabía. Lo había comprobado. El mundo de ese entonces no podía estar en peores condiciones: era cruel⸴ corrupto y cínico. Sin embargo⸴ el evangelio lo cambió. El evangelio puede hacerlo otra vez. La palabra de Dios produce sonrisas de felicidad. Recordemos el encuentro de Felipe el evangelista con el oficial de Etiopía. El etíope era el ministro de finanzas de la reina⸴ un hombre de negocios⸴ y no tenía tiempo para frivolidades. Felipe no se molestó en preguntar cuáles eran sus necesidades para luego aconsejarle durante horas . Sabía cuáles eran sus necesidades. El eunuco necesitaba a Cristo. Todos necesitamos la salvación. Felipe fue directo al grano. ‘ Le anunció el evangelio de Jesús ‘ ( Hechos 8⸴35-40) ‘ Entonces Felipe⸴ tomando como punto de partida el lugar de la Escritura que el etiope leía⸴ le anunció la buena noticia acerca de Jesús. Más tarde⸴ al pasar por un sitio donde había agua⸴ el funcionario dijo: – Aquí hay agua; ¿ hay algún inconveniente para que yo sea bautizado ? Entonces mandó parar el carro; y los dos bajaron al agua⸴ y Felipe lo bautizó. Cuando subieron del agua⸴ el Espíritu del Señor se llevó a Felipe⸴ y el funcionario no lo volvió a ver; pero siguió su camino lleno de alegría. Felipe se encontró en Azoto⸴ y pasó de pueblo en pueblo anunciando la buena noticia⸴ hasta llegar a Cesarea ‘. Jesús es el principio y el fin de cada sermón evangelístico⸴ el Alfa y la Omega de todo testimonio. No somos comerciantes de doctrina. No somos activistas de religión. No somos entusiastas. Somos testigos de Cristo. El es el principio y el fin de todo mensaje. El evangelio no es una propuesta o una sugerencia. No es pensar en voz alta⸴ o un tema de debate continuo. No es una alternativa⸴ sino un ultimátum del Rey⸴ de Dios. ‘ Pero Dios⸴ habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia⸴ ahora manda a todos los hombres⸴ en todo lugar⸴ que se arrepientan ‘ ( Hechos 17⸴ 30 ). Somos embajadores de Cristo. El evangelio es una confrontación de Dios con los pecadores. No lo reduzca a una agradable presentación. Nuestro mensaje tiene el más alto prestigio. Tenemos un mensaje del Rey. Tiene una urgencia primordial.