EL TAMAÑO DE LA NUEVA JERUSALÉN.

Cuando hablamos del cielo⸴ muchas personas tienen una típica imagen de ángeles sentados en una nube y tocando el arpa. No sé si realmente alguien se imagina el cielo así⸴ pero no tengo duda alguna de que mucha gente considera el cielo un lugar aburrido en el que no hay nada interesante que hacer. En el cielo⸴ los creyentes nos regocijaremos en la gloria de Dios y nos daremos cuenta⸴ por fin⸴ de que nuestro propósito no es otro que el glorificar a Dios y disfrutar de Él para siempre. El salmista escribió: ‘ Hay gran alegría en tu presencia; hay dicha eterna junto a ti ‘ (Salmo 16⸴11)- La vida allí carecerá de dolor⸴ preocupaciones⸴ llantos⸴ temores y sufrimiento: ‘ Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte⸴ ni habrá más llanto⸴ ni clamor⸴ ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí⸴ yo hago nuevas todas las cosas ‘ ( Apocalipsis 21⸴ 4-5). En Apocalipsis 21⸴ 12-17 leemos: ‘ Alrededor de la ciudad había una muralla grande y alta⸴ que tenía doce puertas⸴ y en cada puerta había un ángel; en las puertas estaban escritos los nombres de las doce tribus de Israel. Tres puertas daban al este⸴ tres al norte⸴ tres al sur y tres al oeste. La muralla de la ciudad tenía doce piedras por base⸴ en los que estaban escritos los nombres de los doce apóstoles del Cordero. El ángel que hablaba conmigo llevaba una caña de oro para medir la ciudad⸴ sus puertas y su muralla. La ciudad era cuadrada; su largo era igual a su ancho. El ángel midió con su caña la ciudad: medía doce mil estadios; su largo⸴ su alto y su ancho eran iguales’. Las puertas de la Nueva Jerusalén lleva los nombres de las tribus de Israel y los cimientos los de los doce apóstoles. Juan se está refiriendo al lugar que servirá de morada al pueblo de Dios durante toda la eternidad. Israel y la iglesia se unirán en el reino eterno para formar⸴ y para toda la eternidad⸴ un único pueblo de Dios. La existencia de puertas implica que la gente será libre de entrar y salir de la ciudad; es decir⸴ que la ciudad no nos retendrá. Será nuestra casa⸴ pero no estaremos recluidos allí. Tendremos el universo entero para viajar y⸴ al hacerlo⸴ atravesaremos las puertas en una y otra dirección. La ciudad es de una simetría perfecta⸴ un enorme cubo de unos dos mil cuatrocientos kilómetros ( 1500 millas) en todas las direcciones. La verdad es que una altura de unos dos mil cuatrocientos kilómetros es difícil de imaginar. Se podría determinar que la nueva Jerusalén podría albergar a más de cien mil millones de personas. Quizás usted diga que estas medidas descomunales son simbólicas. Yo me inclino hacia el no. Juan deja constancia en el versículo 17⸴ que es medida humana⸴ lo que denota un lugar real.