EL TEMOR NO PUEDE VENCERNOS.

El 11 de setiembre del 2001 ocurrió un hecho que llenó de terror y temor a millones de personas. Estamos hablando acerca del acto terrorista en la ciudad de Nueva York y en el edificio Pentágono en los Estados Unidos⸴ ataques simultáneos que tomaron las vidas de miles de hombres⸴ mujeres y niños inocentes. Probablemente usted recuerde donde se encontraba cuando por primera vez escuchó del ataque. Quizá también recuerde la sensación de profundo temor que llenó su alma mientras veía en los noticieros el estrellamiento de los aviones⸴ los edificios que se derrumbaban y la pérdida de vidas masivas. ¿ Será mi ciudad la próxima ? ¿ Estoy seguro ? ¿Qué sobre mi familia ? Todos nos hicimos preguntas semejantes a estas. Por un tiempo⸴ parecía como que el miedo dictaba cada uno de nuestros movimientos. En los meses que siguieron⸴ el mundo fue testigo de algo increíble. En medio de la tragedia⸴ personas de todas las razas⸴ nacionalidades y trasfondo económico unieron fuerzas y trabajaron en unidad. Vidas fueron salvadas⸴ familias fueron consoladas⸴ y un sin fin de toneladas de escombros fueron limpiados. El
permitimos. Dios nos ha dado un espíritu humilde: ‘ Pues Dios no nos ha dado un espíritu de timidez⸴ sino de poder⸴ de amor y de dominio propio ‘ (2 Timoteo 1⸴7) y⸴ la promesa de liberarnos de nuestros temores : ‘ Busqué al Señor⸴ y él me respondió; me libró de todos mis temores ‘ (Salmo 34⸴4).
La raíz del temor es realmente el pecado. En Génesis 3⸴8-10⸴ leemos la historia de como Adán y Eva experimentaron temor por primera vez después que comieron del árbol prohibido y sintieron vergüenza delante de Dios. Desde aquel entonces⸴ Satanás ha usado la emoción del temor para envolver a los creyentes en una telaraña de esclavitud.
La Palabra de Dios nos ayuda a vencer los temores⸴ crea en ella y verás como lo tenebroso⸴ lo oscuro y lo que usted considere un desastre⸴ se transformará en una tremenda bendición. Dice el profeta Isaías 41⸴10 : ‘ Así que no temas⸴ porque yo estoy contigo; no te angusties⸴ porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa ‘. Cuatro palabras claves que operarán en victoria: ‘Señor⸴ reprendo la angustia⸴ la expulso de mi corazón; la rechazo porque tu Palabra la rechaza. Desato la fortaleza y tu ayuda en los siguientes problemas (menciónalos); porque tú me sostienes con tu diestra poderosa.