JESUCRISTO VIENE EN PERSONA.

Jesús descenderá del cielo y en un instante surgirán del polvo los cuerpos resucitados de los que «durmieron» en Él⸴ mientras que los que vivamos seremos transformados⸴ para ascender juntos a Su encuentro. Nada hay en la Escritura que nos haga suponer que los inconversos nos verán cuando seamos arrebatados. La repentina desaparición de todos los creyentes -redimidos por la sangre de Cristo- manifestará lo que ha pasado. «Enoc fue trasladado para que no viese la muerte; y no fue hallado⸴ porque le había trasladado Dios» (Hebreos 11:5). Es precisamente lo que sucederá con la Iglesia: casi secretamente arrebatada⸴ volverá a aparecer en gloria con Cristo⸴ cuando Él sea manifestado: «y todo ojo le verá» (Apocalipsis 1:7). Así⸴ ¿por qué deberíamos sentir temor al saber que tal Amigo viene en breve a llevarnos? «Ciertamente vengo en breve» es la feliz promesa que nos dejó. A la vista de semejante amor⸴ ¿no suscitará nuestro afecto por Él esta exclamación en nosotros: «¡Amén⸴ sea así! ¡Ven⸴ Señor Jesús!»? (Apocalipsis 22:20). Leamos⸴ pues⸴ en Hechos 1:11⸴ lo que los dos ángeles dijeron a los discípulos en el monte de los Olivos. El Señor acababa de dejarles⸴ ascendiendo al cielo⸴ y habiéndoles demostrado de modo tangible que Él no era un espíritu⸴ algún aparecido⸴ sino un Hombre viviente⸴ de carne y hueso⸴ al que podían tocar y palpar si acaso dudaban de Sus palabras. Y los ángeles añaden: «Varones galileos⸴ ¿p
¡Veinte siglos en la gloria no le han cambiado en absoluto! La misma Persona que Marta fue a encontrar⸴ tras la muerte de su hermano⸴ es la que esperamos nosotros; y si hemos de «dormir» antes que Él vuelva⸴ Aquel que es «la Resurrección y la Vida»⸴ que dijo: «Nuestro amigo Lázaro duerme; mas voy para despertarle»⸴ nos despertará también en Su venida⸴ para que -al igual que Lázaro- nos sentemos a Su mesa⸴ en las mansiones celestiales.
Jesucristo puede venir antes de que termines la lectura de este tratado. Presta atención⸴ deja de huir de Dios y vuélvete hacia Él⸴ arrodíllate a las plantas puras del único Salvador -del único Mediador entre Dios y los hombres- y confiésale todos tus pecados. Luego⸴ Él te dará la bienvenida⸴ te bendecirá y te salvará⸴ y Su paz inundará tu corazón. ¡Bendito sea para siempre tan poderoso Salvador!