JESÚS CONTRA LA ENFERMEDAD

Alguien escribió que a Jesús⸴ en el Evangelio⸴ o se le encuentra sanando o dirigiéndose a curar a algún enfermo. De esta manera se quiere hacer resaltar la grandísima importancia que Jesús le dio⸴ en la evangelización⸴ a la curación de los enfermos. Con frecuencia se escucha a personas que dicen : ‘ Dios me envió esta enfermedad ‘. Esta frase no tiene nada de cristiano. Dios ‘no envía ‘ enfermedades. Dios es Padre amoroso. Dios es el bien absoluto. Dios – por motivos misteriosos – ‘ permite ‘ que el mal se nos acerque y nos toque. No es él quien nos envía el mal. Si una persona cree que Dios le ha enviado una enfermedad⸴ ya no podrá pedir su curación porque sería ir contra la voluntad de Dios. Si una persona está convencida de que Dios le ha enviado una enfermedad⸴ se encontrará bloqueada para tener la fe suficiente para pedir su curación. El evangelio⸴ claramente⸴ muestra que Jesús siempre está combatiendo la enfermedad. Toda enfermedad. A ninguno Jesús lo anima a seguir con su enfermedad. Todo lo contrario. Jesús está continuamente sanando a todo enfermo que acuda a él. No se encuentra el caso de un solo enfermo a quien Jesús no haya querido curar. Un leproso le ruega: ‘ Si tu quieres puedes curarme ‘ ( Marcos 1⸴40). Jesús se adelanta a responderle: ‘ Claro que quiero; queda limpio ‘. El Señor llega a la casa de Pedro ( Mateo 8⸴14). Como la cosa más natural⸴ los apóstoles le piden a Jesús que ayude a la suegra de Pedro⸴ que está con fiebre guardando cama. El Señor la toma de la mano y la levanta curada. Jesús no espera que nadie lo llame: detiene el entierro en el que una viuda va a enterrar a su único hijo⸴ y resucita al muchacho. Jesús ve a un pobre enfermo en la piscina de Betesda⸴ que lleva 38 años sin poder curarse; sin que el enfermo le pida nada⸴ se le acerca y le ofrece sanarlo. La carta a los Hebreos muy claramente afirma que Jesús ‘ es el mismo ayer⸴ hoy y siempre‘ ( Hebreos 13⸴8). Quiere decir que Jesús continúa ahora mismo acercándose al que sufre para liberarlo de sus males. Jesús vino para llevarse nuestras debilidades; para cargar con nuestras enfermedades. Dejémosle que se las lleve.