LA UNCIÓN QUEBRANTA EL YUGO DEL DIABLO.

‘ Eliseo estaba enfermo de muerte⸴ y Joás⸴ rey de Israel⸴ fue a verlo⸴ y lloró y lo abrazó⸴ diciendo: -¡Padre mío⸴ padre mío⸴ que has sido para Israel como un poderoso ejército ! Eliseo le dijo: -Toma un arco y algunas flechas. El rey tomó un arco y unas flechas. Entonces Eliseo le dijo: -Prepárate a disparar una flecha. Mientras el rey hacía esto⸴ Eliseo puso sus manos sobre las del rey
En esta Palabra⸴ podemos apreciar como Dios revierte y varía los acontecimientos en contra de sus enemigos. Joás⸴ el rey de Israel⸴ era joven e inexperto cuando el desastre amenazó a su reino. El ejército sirio se había movilizado contra él⸴ y él sabía que no tenía con qué enfrentarlo. Tuvo visiones de derrota y de su propio encarcelamiento. Aun la posibilidad de la muerte lo perseguía. Estaba enfermo por la ansiedad.
Joás era uno de los reyes malos de Israel⸴ pero en su necesidad se acordó del profeta del Señor⸴ Eliseo⸴ quien en su momento tendría ochenta años y estaría llegando al fin de su vida.
Joás ‘lloró delante de él’ dejando que el anciano profeta viera sus lágrimas⸴ y se lamentó: ‘ Padre mío⸴ padre mío….’. Fue todo un espectáculo. Sin embargo⸴ Joás en realidad no lloraba porque Eliseo estaba cercano a la muerte⸴ sino porque quizá él mismo moriría.
Eliseo simplemente le dijo al rey que tomara su arco y flechas. Pudo haberle dicho: ‘ Toma tu pañuelo y sécate las lágrimas ‘⸴ pero la orden fue: ‘Toma tus arcos ‘.
Puedo concluir algunas cosas: 1- Al enemigo no se le tiene lástima⸴ se le derrota peleando. No es tiempo de llorar sino de conquistar⸴ de vencer al enemigo. 2- La orden del profeta fue que Joás peleará su batalla: ‘ Toma tus arcos y flechas ‘. Dios quiere que sus hijos aprendan a ganarle las batallas al enemigo. 3- Joás estaba asustado⸴ pero sucedió algo que cambió todo: ‘Entonces Eliseo puso las manos sobre las manos del rey’. Fue fortalecido por la mano de Dios. El rey secó sus lágrimas y desapareció el miedo. La unción que estaba allí⸴ quebrantó el yugo del diablo.
Autor: Máster Miguel Calderón Valverde