LOS SENTIDOS EN EL CIELO ( Parte 2).

Todos nos gozamos en saborear comidas agradables y bien preparadas. Piense en el placer que disfrutaremos comiendo los perfectos alimentos del cielo⸴ pues es seguro que allí comeremos. ¿ Ha escuchado alguna vez del maná que comieron los israelitas en el desierto ? Cuando lleguemos al cielo tendremos el privilegio de comer algún maná semejante. ‘ Al que venciere yo le daré a comer el maná escondido ‘ ( Apocalipsis 2⸴17). Y también comeremos fruta. Leemos de árboles que hay en el cielo que maduran frutas cada mes. Todos sabemos lo que se disfruta comiendo una deliciosa fruta recien cogida de los árboles. Compáralo con lo que será comer de la variedad de frutos que existen en el cielo. Nunca encontraremos una mancha o un gusano en el fruto que allí constantemente madura en el árbol de la vida: ‘ En medio de la plaza de ella⸴ y de la una y de la otra parte del río⸴ estaba el árbol de vida⸴ que lleva doce frutos⸴ dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones ‘ (Apocalipsis 22⸴2). Queridos lectores⸴ gozáremos de perfecto gusto en el cielo y perfecta habilidad para distinguir todas las clases y variedades de olores. Tendremos un cuerpo perfecto con vista perfecta⸴ oído perfecto⸴ olfato perfecto y gusto perfecto. No habrá pecas ni verrugas⸴ ni estigmas en el cuerpo glorificado que tendremos en el cielo. No habrá allí damas que necesiten cosméticos para cubrir y ocultar los defectos de su piel. El cutis de los cuerpos celestiales será terso como el de una muchacha de edad escolar y suave como el de bebé. Los pasos serán ligeros⸴ la voz brillante⸴ los cabellos nunca perderán su color. No se necesitarán tintes para el cabello. No se necesitará lápiz de labios para avivar la palidez⸴ ni colorete para las mejillas⸴ pues el cuerpo glorificado sera perfecto. Nunca la edad nos va a desmejorar⸴ pues siempre seremos jóvenes. No veremos allí nunca más a ancianos⸴ de blancos cabellos; pues los que hemos visto marchar con tales cuerpos reaparecerán en el cielo con cuerpos juveniles⸴ perfectos⸴ glorificados e incorruptibles. El hijito que murió niñito⸴ tendrá un cuerpo como hubiese tenido en su juventud. El padre que murió a los 80 años⸴ tendrá un cuerpo glorificado⸴ y le reconoceremos por sus rasgos⸴ pero como un hombre joven. El aspecto de su cuerpo será el mismo que ahora en cuanto a rostro⸴ tamaño y altura. Retrendemos las características distintivas de nuestra personalidad. Si quieres tener un cuerpo glorificado así⸴ acepta a Cristo como tu Salvador.