Mensaje 996
PROFETA ADRIANA.
Nadie arruga una hoja para luego leerla. Yo a este lugar cada día lo mejoro. A ustedes no se les esta gastando los fondos como el que disponía de un tesoro y al final solo le quedo un anillo de todo el tesoro que tenia. Así como los que conocen bien pueden diferenciar un bolso hecho de piel de uno sintético. Así voy a hacer con ustedes⸴ voy a ver de qué tipo son.
PROFETA SARA.
Yo en esta noche quiero pasar como un remolino para que cada uno quiera llevarse una porción de lo que yo tengo⸴ porque yo no soy como el viento que pasa y cambia las cosas de lugar. Yo llego y los toco y los tomo. Yo quiero que ustedes recuerden cuando ustedes se reunían en las colchonetas⸴ como estaban dispuestos. Pero en este momento eran piedras sin brillo⸴ pero ya pagaron el precio y ahora tienen un brillo que va a irradiar de una manera especial y muchos se van a sentir atraídos hacia él. Porque no quiero suplantar. Yo aquí en este patio puedo hacer grandes cosas y en este lugar pueden tener premios. Porque yo no veo apariencia externa⸴ sino miro el corazón y trabajo con eso. A ustedes los mantendré muy ocupados⸴ como la persona que trabaja con frutas y sabe que tiene que sacar e jugo antes de que la fruta tome otro color. Yo tengo un bello plan para mis hijos. Lo que vendrá a este lugar superará aquello que ustedes han visto.
PROFETA LENNA.
Ustedes saben que van avanzando en un camino y han llegado a un momento que están frente al río y hay duda de que si siguen avanzando o no cruzar el río y hay comentarios de que si el río es hondo o si viene una cabeza de agua⸴ que es mejor esperar o no cruzar. Pero ustedes no deben de detenerse⸴ deben de llegar al otro lado porque ahora es ese río⸴ pero en ese camino enfrentarán hasta lagos y si se detienen ahora no llegarán a la meta. Quiero que estén atentos a escucharme porque yo les daré los pasos y la estrategia de cómo cruzarlo sin que se mojen los pies. Pero deben de ser valientes y tener firmeza y llegar al otro lado. Porque quiero que sean todos los que crucen. Porque el que no me escucha o me escucha a medias se quedarán al otro lado y no se darán cuenta de que fue lo que pasó.