NO SE PUEDE PROHIBIR HABLAR EN LENGUAS

En 1 Corintios 14⸴ 39 leemos lo siguiente: ‘ Así⸴ pues ⸴ hermanos míos⸴ ambicionen comunicar mensajes de Dios⸴ y NO PROHÍBAN que se hablen en LENGUAS; pero háganlo todo decentemente y con orden .’
Nos encontramos con un final muy propio de San Pablo⸴ que tan bien conoció los carismas que da el Espíritu Santo y no despreció ninguno.
El mismo apóstol nos dice que el carisma de las lenguas es el menor⸴ pero que también es un don precioso que regala el Espíritu Santo. Sólo pide que se regule su uso para evitar desórdenes. Legítimamente podemos suponer que ya en tiempos del apóstol habían personas contrarias al don de lenguas y algunas llegaban hasta dar disposiciones contra él. De aquí la orden de que NO SE PROHÍBA SU USO.
A este respecto creo que no es correcta ni bíblica la determinación de autoridades eclesiásticas inferiores o superiores que prohíben el uso del don de lenguas a los grupos de oración. ESTA ORDEN VA ABIERTAMENTE CONTRA LO DISPUESTO POR SAN PABLO⸴ O SEA ES ANTIBÍBLICA. Esta disposición⸴ creo⸴ se debe ordinariamente o que⸴ quien la emite⸴ no ha tenido la oportunidad de analizar este capítulo 14 de la Primera Carta a los Corintios. Debemos obedecer a Dios antes que a los hombres. El don de lenguas es el plan de Dios como está revelado en las Escrituras :’ Oren en todo tiempo según les inspire el Espíritu ; sepan velar para proseguir su oración⸴ sin desanimarse nunca⸴ e intercedan por todos los hermanos. ‘ (Efesios 6.18).
Es para todos: ‘ Y estas señales acompañarán a los que crean: en mi Nombre echarán los espíritus malos⸴ hablarán en nuevas lenguas…’ (Marcos 16⸴17-18).
Es simple : ‘ Luego Pablo les impuso las manos y vino sobre ellos el Espíritu Santo; se pusieron a hablar en lenguas y a profetizar.’ (Hechos 19⸴6)
Es un don para hablar con Dios: ‘ El que habla en lenguas⸴ habla para Dios y no para la gente⸴ pues nadie le entiende cuando el Espíritu le da palabras misteriosas’. (1 Corintios 14⸴2).
Es una oración poderosa: ‘ Además el Espíritu nos viene a socorrer en nuestra debilidad; porque no sabemos qué pedir ni cómo pedir en nuestras oraciones. Pero el propio Espíritu ruega por nosotros⸴ con gemidos y súplicas que no se pueden expresar. Y Dios⸴ que penetra los secretos del corazón⸴ escucha los anhelos del Espíritu porque⸴ cuando el Espíritu ruega por los santos⸴ lo hace según la manera de Dios . ‘ (Romanos 8⸴26 – 27 ).