PELEANDO EN TRES FRENTES

Materiales bíblicos para el mundo

PELEANDO EN TRES FRENTES

16 enero, 2019 Tratados 0

Nuestra guerra tiene tres áreas principales: la carne⸴ el mundo y los males sobrenaturales. Los pecados de la “carne” incluyen los pecados de la mente⸴ tal como el orgullo. Pablo describe esta lucha en Gálatas 5:16-17: “Vivan por el Espíritu⸴ y no seguirán los deseos de la naturaleza pecaminosa. Porque ésta desea lo que es contrario al Espíritu⸴ y el Espíritu desea lo que es contrario a ella. Los dos se oponen entre sí⸴ de modo que ustedes no pueden hacer lo que quieren”. “Las obras de la naturaleza pecaminosa se conocen bien: inmoralidad sexual⸴ impureza y libertinaje; idolatría y brujería; odio⸴ discordia⸴ celos⸴ arrebatos de ira⸴ rivalidades⸴ disensiones⸴ sectarismos y envidia; borracheras⸴ orgías⸴ y otras cosas parecidas. Les advierto ahora⸴ como antes lo hice⸴ que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios” (versículos 19-21).

 


Muchas veces nuestros problemas espirituales vienen desde el interior⸴ de debilidades genéticas⸴ de pecados que fueron hechos en nosotros cuando éramos niños o de malos hábitos que hemos adquirido. Pablo nos exhorta a estar muertos al pecado⸴ matar las obras de la carne⸴ no permitir que el pecado reine en nosotros (Romanos 6:11-12⸴ 8:13; Colosenses 3:5).


1 Juan 2:15-17 trata sobre nuestra actitud hacia la cultura: “No amen al mundo ni nada de lo que hay en él. Si alguien ama al mundo⸴ no tiene el amor del Padre. Porque nada de lo que hay en el mundo –los malos deseos del cuerpo⸴ la codicia de los ojos y la arrogancia de la vida– proviene del Padre sino del mundo. El mundo se acaba con sus malos deseos⸴ pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre”. Nunca debemos enamorarnos de las cosas del mundo⸴ porque todo lo que este mundo ofrece eventualmente desaparecerá. Nuestra prioridad deben ser las cosas de Dios.


 


Nuestro tercer enemigo espiritual es el mundo sobrenatural⸴ los malos espíritus.  Pablo dice claramente que luchamos contra los poderes de maldad en los lugares celestiales⸴ no el cielo mismo⸴ sino el mundo espiritual en general. No tenemos que temer a Satanás⸴ porque hemos sido rescatados “del dominio de la oscuridad” (Colosenses 1:13). Por su muerte⸴ Jesús destruyó el poder que Satanás tenía sobre nosotros (Hebreos 2:14). Ya que estamos aliados con Cristo⸴ podemos estar confiados⸴ como dice Pablo⸴ de que: “el Señor nos librará de todo mal y nos preservará para su reino celestial” (2 Timoteo 4:18).