¿ POR QUÉ JESÚS FUE AZOTADO ?
Enseñaba Jesús en una sinagoga en el día de reposo: ‘…. y había allí una mujer que desde hacía dieciocho años tenía espíritu de enfermedad⸴ y andaba encorvada⸴ y en ninguna manera se podía enderezar. Cuando Jesús la vio⸴ la llamó y le dijo: Mujer⸴ eres libre de tu enfermedad. ( Lucas 13⸴ 10-12). He aquí una mujer que durante dieciocho años había caminado inclinada a causa de una enfermedad defomante. Jesús la miró y dijo: ‘ Esta mujer tiene un espíritu de enfermedad sobre ella ‘. Jesús dijo que Satanás había ligado a esta mujer por 18 años. El que vino para proclamar libertad a los cautivos la libertó de esta atadura. Nos dice la Palabra de Dios que Cristo vino a deshacer las obras del diablo ( 1 Juan 3⸴8). Muchas de las sanidades efectuadas por nuestro Señor fueron el resultado de reprender a un espíritu de enfermedad o echar fuera demonios ( Mateo 12⸴22; Marcos 5⸴1-20; Lucas 4⸴38). Si estas enfermedades vinieron del Señor⸴ sin duda él no habría empleado este método. Satanás⸴ el gran engañador⸴ se pone bien contento si él puede afligir a un hijo de Dios de tal manera que le incapacite y no pueda seguir en su guerra contra el pecado; y⸴ entonces⸴ hacerle creer que Dios le ha enviado esta aflicción y él no debe procurar ser librado de ella. Cuando Cristo puso las manos sobre la mujer que estado encorvada por 18 años y no podía enderezarse⸴ la Biblia dice: ‘ Ella se enderezó luego⸴ y glorificaba a Dios ‘ ( Lucas 13⸴13). Algunos dicen que estas sanidades son del diablo. Si es así⸴ ¡ él debe haberse reformado ! ¿ Desde cuándo habrá comenzado el diablo a hacer cosas que traen gloria a Dios ? Cuando Cristo sanó al hombre que había sido ciego desde su nacimiento y se reveló a él como el Mesías⸴ el hombre le creyó y le adoraba. ( Veáse Juan 9⸴38). Después del huerto de Getsemaní⸴ donde Jesús derramó su sangre⸴ fue al poste de los azotes. Cuando lo ataron al poste⸴ le dieron treinta y nueve azotes con un látigo formado por varias tiras de cuero⸴ cada una de ellas provista de trozos mellados de metal o de hueso⸴ y con un pedazo de plomo en la punta. Con cada latigazo⸴ saltaba la carne y salía sangre de la espalda de nuestro Salvador. Cada vez que el diablo llevaba el látigo a la espalda de Jesús⸴ Él derramaba sangre y nosotros vencíamos una enfermedad⸴ dos⸴ tres⸴ hasta el punto de que toda enfermedad traída sobre la humanidad quedó vencida por la sangre de Jesús. No tenemos que vivir bajo la maldición de enfermedades y dolencias.