¿ PUEDEN CASARSE LOS CURAS ? (PARTE 1)

Al contestar a una pregunta de los Corintios acerca del matrimonio⸴ sienta Pablo un principio que⸴ a primera vista⸴ podría escandalizar a muchos evangélicos⸴ mientras sirve de bandera a muchos católicos: ”En cuanto a las cosas de que me escribisteis⸴ bueno le sería al hombre no tocar mujer ‘
Pero. A fin de que nadie se forme un concepto erróneo⸴ de inmediato⸴ Pablo añade: ‘pero a causa de las fornicaciones⸴ cada uno tenga su propia mujer⸴ y cada una tenga su propio marido ‘ (versículo 2).
A continuación⸴ el apóstol Pablo (versículos 3 al 9) detalla unos conceptos sobre la unión sexual de los cónyuges en unas frases que son poco predicadas incluso por parte de parejas que profesan la fe de Cristo. En forma positiva⸴ amonesta : ‘El marido cumpla con la mujer el deber conyugal⸴ y asimismo la mujer con el marido. La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo⸴ sino el marido; ni tampoco tiene el marido potestad sobre su propio cuerpo⸴ sino la mujer. No os neguéis el uno al otro⸴ a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento⸴ para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno⸴ para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia. Mas esto digo por vía de concesión⸴ no por mandamiento. Quisiera más bien que todos los hombres fuesen como yo; pero cada uno tiene su propio don de Dios⸴ uno a la verdad de un modo⸴ y otro de otro. Digo⸴ pues⸴ a los solteros y a las viudas⸴ que bueno les fuera quedarse como yo; pero si no tienen don de continencia⸴ cásense. pues mejor es casarse que estarse quemando’.
El deber conyugal al que Pablo se refiere es⸴ ni más ni menos⸴ que el derecho recíproco de los cónyuges al acto de unión sexual⸴ con el deber consiguiente de cada uno de ellos de consentir de gana en la petición del otro⸴ a no ser que razones de salud u otras bien conocidas sean suficientes para dar una negativa razonable. El apóstol da la razón de esto (versículo 4): ‘ Al casarse⸴ los cónyuges se entregaron el uno al otro de tal forma que la mujer no es dueña de su propio cuerpo⸴ sino el marido; tampoco el marido es dueño de su propio cuerpo⸴ sino la mujer’.
Autor: máster Miguel Calderón Valverde
correo electrónico: mcalderón@casadeoracióncr.com
ORACIÓN PARA ACEPTAR A CRISTO
Yo confieso que soy un pecador (a) en necesidad de salvación. Me doy cuenta que viene el día en que será demasiado tarde para ser salvo (a). Yo te recibo ahora Jesucristo como mi Señor y Salvador personal; perdona mis pecados e inscribe mi nombre en el LIBRO DE LA VIDA ETERNA. Amén.