¡ SEÑOR, YA NO PUEDO MÁS !

Muchas personas ⸴ antes de venir a Cristo⸴ eran esclavos de algún vicio⸴ practicantes de algún pecado⸴ víctimas de desesperación y derrota⸴ sumidos en las tinieblas del error y viajando hacia la perdición del infierno. En cambio ahora⸴ aunque no son perfectos⸴ la vida que ellos tienen es muy distinta de la anterior; el Señor Jesucristo les ha libertado de toda clase de esclavitud⸴ y ellos se sienten perdonados y con la seguridad profunda de que han sido herederos del reino eterno de Dios. Esta es una experiencia real⸴ auténtica en sus vidas⸴ y ellos testifican⸴ como el ciego de nacimiento a quien el Señor Jesús curó: ‘ Una cosa sé⸴ que habiendo yo sido ciego⸴ ahora veo ‘ ( Juan 9⸴25). Guillermo Rodríguez nació en un hogar cristiano. Durante su niñez fue travieso⸴ egoísta y rebelde. Deseba ser bueno⸴ pero no podía. A pesar de que leía la Biblia⸴ asistía al templo y escuchaba mensajes de salvación⸴ nunca tomó la decisión de aceptar a Cristo como su Señor y Salvador. En su juventud se reveló un orgullo desmedido. Sentía que él era la razón de la existencia de todo lo que había alrededor. Amaba la mentira y buscaba pasiones carnales. Asistía frecuentemente al cine para ver películas inmorales. La literatura pornográfica era su dieta preferida⸴ y desde pequeño había practicado el robo con tanta avidez; que tomaba dinero de sus padres destinado para los gastos diarios. En esa condición llegó a la universidad para estudios de medicina. Sin embargo⸴ su situación no mejoraba. Sufría pesadillas horribles⸴ despertando sumamente angustiado. No pocas veces sintió el deseo de morir. Además de lo anterior⸴ empezó a sufrir el terrible mal de insonnio. Pasaba las noches enteras casi sin poder dormir y lleno de desesperación. Fue en esas condiciones⸴ sin dormir⸴ con sus nervios destrozados⸴ sin Dios⸴ sin esperanza⸴ sintiéndose dominado por el mismo diablo; que decidió acudir a una ORACIÓN. Al terminar la oración⸴ los hermanos oraron por Guillermo. Ellos pusieron las manos sobre él para implorar la bendición del Señor sobre su vida. Fue una lucha intensa: ‘ sentía una voz en su interior que con odio horrible le decía: ¡ vete de aquí !⸴ no sólo era una voz sino una influencia diabólica que por poco le hace levantar de sus rodillas⸴ pero el poder del tierno amor de Jesucristo lo dejó arrodillado. Esta lucha permaneció hasta que al final con toda su alma dijo : ‘ ¡ SEÑOR⸴ YA NO PUEDO MÁS !. En esos momentos una experiencia sobrenatural lo invadió completamente. El peso que estaba sobre él se había ido y se fue para siempre de su ser. Cristo lo lavó con su sangre preciosa y le borró sus pecados. Desde ese día su vida cambió y ha podido llevar a otros como él⸴ al Cristo vivo.