BONDAD RECOMPENSADA

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BONDAD RECOMPENSADA

22 enero, 2019 Tratados 0

Se cuenta el relato verdadero de un viajero cansado que iba con su esposa⸴ y se acercó a un modesto hotel en busca de alojamiento. El empleado del hotel le informó que todos los cuartos estaban ocupados; pero el comerciante viajero le dijo: –He acudido a todos los hoteles de esta zona y no he hallado nada disponible. El joven empleado se conmovió por la situación del hombre y le dijo: –‘Señor⸴ le daré mi habitación. Concédeme⸴ por favor⸴ unos minutos para limpiarla’. El comerciante protestó⸴ pero el empleado prevaleció. La pareja pasó la noche en el apartamento del empleado⸴ mientras éste durmió en un sofá que estaba en el vestíbulo. A mañana siguiente⸴ el hombre de negocios le dijo: -Joven⸴ recompensaré su acto de bondad. ¿Le gustaría manejar su propio hotel? El empleado sonrió y expresó el aprecio por las intenciones del hombre. Y no volvió a ver al hombre durante mucho tiempo. Un día se sorprendió el empleado al recibir una llamada del comerciante quien le solicitó que fuera a Nueva York. Cuando llegó⸴ fue llevado en un limousine hasta el centro de la ciudad. El comerciante andubo con él por la calle⸴ y cuando se acercaba a una esquina⸴ un hotel increíblemente bello se destacó delante de ellos⸴ el cual relumbraba con la luz de la mañana. El hombre se volvió hacia el empleado⸴ y le dijo: -¡Es suyo! Usted puede administrarlo. Este caballero fue John Jacob York⸴ una de las grandes leyendas de Nueva York. El recompensó la bondad del empleado más de lo que cualquiera pudiera haber imaginado.


La Palabra de Dios dice en Mateo 6⸴19-21: ‘No amontenéis riquezas aquí en la tierra donde la polilla destruye y las cosas se echan a perder. Más bien amontonen riquezas en el cielo⸴ donde la polilla no destruyen ni las cosas se echan a perder ni los ladrones entran a robar. Pues donde esté tu riqueza allí estará también tu corazón’.



Dicho de otro modo⸴ lo que Jesús expresa es lo siguiente: ‘Si usted tiene algo que la polilla se ha de comer⸴ guardado en los escparates⸴ en los desvanes⸴ en el sótano o en el garaje; si tiene algo que se ha de oxidar como un carro viejo⸴ una máquina de coser⸴ de motor en su caja de caudales tiene algo que los ladres se han de robar⸴ como oro⸴ plata⸴ diamantes⸴ acciones⸴ bonos o alguna póliza de seguro ya pagada que usted no necesita; venda esas cosas o entrégalas para sostener la obra la Dios y transfiera sus tesoros al cielo’. Jesús no dice que usted regale sus tesoros⸴ sino que los transfiera de la tierra al cielo.



Piense usted sencillamente en lo mucho que pudiera hacerse para el Reino de Dios con el dinero que ingrese por las ventas que usted realiza⸴ de lo que no ncesita. Imagínese cuantas almas pudieran ganarse por medio de las cosas que a usted se le están oxidando.