Devocional 2016-03-21
LA FUERZA DEL EJEMPLO
Que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo. Filipenses 1:27
Ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría⸴ sino con demostración del Espíritu y de poder. 1 Corintios 2:4
Al vendedor de teléfonos móviles ya no le quedaban argumentos… Su interlocutor parecía indiferente a todas las ventajas que tenía el modelo que le estaba presentando. Antes de dar por perdido el caso⸴ sacó su propio teléfono del bolsillo y dijo: «¡Además tengo el mismo!». De repente el rostro del cliente se iluminó y⸴ convencido⸴ compró el aparato.
¡El ejemplo es el mejor argumento! Podemos anunciar el Evangelio en nuestro entorno asegurando que Jesucristo da la paz y el gozo en el corazón⸴ pero esta paz y este gozo⸴ ¿son visibles en nuestra propia vida? Podemos hacer discursos sobre la confianza y estar constantemente preocupados por el mañana. Corremos el riesgo de exhortar a los demás a rechazar el mal sin que nuestra conducta diaria esté acorde con nuestras palabras.
¡Seamos coherentes! No quitemos toda la credibilidad a nuestro testimonio debido a un mal ejemplo⸴ sino más bien démosle peso mediante nuestra vida cotidiana. Dejemos que Cristo viva en nosotros⸴ así nuestras palabras tendrán más impacto.
No podemos obligar a nuestros vecinos o compañeros de trabajo a leer la Biblia o a escuchar el Evangelio; pero lo que están obligados a ver es nuestra forma de vida. Pidámosle a Dios que este Evangelio sea legible en nuestra vida y que esto atraiga a los que todavía están lejos del Salvador.
“Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca” (Filipenses 4:5).
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