LA ESTRATEGIA DE SATANÁS
Satanás – aunque derrotado – está vivo hoy⸴ por supuesto⸴ y puede ser tan peligroso como lo dejemos ser. Su arma principal es el engaño⸴ y la usa para impedir que los cristianos ejerzan la autoridad que de veras les pertenece en este mundo. Primero⸴ claro está⸴ trata de tentarnos para que pequemos⸴ lo cual puede nublar u obstruir la visión que tenemos del Señor y de su voluntad y que si no se atiende puede separarnos de Dios. También trata de llevarnos a otro tipo de pecado⸴ a través de la incredulidad. Trata de hacernos sentir que somos indignos de la gracia en la que estamos parados firmemente. Debemos reconocer que en efecto sí somos indignos⸴ pero que a través del Señor Jesús llegamos a ser dignos ante los ojos de Dios. Somos pecadores: pero como Pablo⸴ quien se describió a sí mismo como el primero entre los pecadores : ‘ Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores⸴ de los cuales soy yo el primero ‘ ( 1 Timoteo 1⸴15)⸴ ‘ Todo lo podemos en Cristo que nos fortalece ‘ (Filipenses 4⸴13). Si Satanás puede mantenernos en un estado de timidez⸴ desánimo o vergüenza⸴ anularía nuestra autoridad atrasando la manifestación del reino de Dios en la tierra. En años recientes me he sorprendido del éxito de esta simple maniobra. El ha hecho que los cristianos se sientan avergonzados de ser cristianos. Por ejemplo⸴ el mundo no ve nada malo en que alguien lleve una revista Playboy o Penthouse ( que son revistas pornográficas en idioma inglés) bajo el brazo por la calle o en el autobús. Lo mismo con una botella de Whiskey o un cartón de cigarrillos ( los cuales están llenos de ingredientes que atentan contra la saiud). Sin embargo⸴ un sinnúmero de cristianos han temido llevar una Biblia por la calle o en el autobús. Temen que se les tilde de monstruos religiosos⸴ o quizá de ser anticuados y fuera del compás que lleva el mundo. Se ponen nerviosos al pensar que serán sorprendidos en oración u otras situaciones que el mundo juzgue que sean diferentes a las de ellos. La Biblia dice: ‘ Porque Dios no nos dio un espíritu de timidez⸴ sino un espíritu de fortaleza⸴ de amor y buen juicio. Por eso no te avergüences del testimonio que tienes que dar de nuestro Señor ‘ (2 Timoteo 1⸴ 7-8). El evangelio del Reino se ha de llevar a todas las naciones. La timidez y la duda tienen que desaparecer.