LAS ENFERMEDADES NO SON CRUCES ENVIADAS POR DIOS.

De ningún modo considero que la oración por los enfermos deba sustituir la necesidad de buscar la ayuda médica⸴ consejeros siquiátricos o farmacéuticos. Dios obra mediante todos ellos para sanar al enfermo. Lo ideal es un esfuerzo integral para sanar al enfermo usando todos los medios posibles. Tengo una palabra para todos los doloridos⸴ cuyas enfermedades están destruyendo su personalidad. Las enfermedades no son cruces enviadas por Dios. Pueden creer que Dios les quiere sanos⸴ aún cuando la ciencia médica no pueda ayudarles. Uno de las mayores pérdidas que ha sufrido la Iglesia de Cristo⸴ ha sido su patrimonio del poder de sanación. Cuando leemos los evangelios⸴ especialmente el de Marcos⸴ no podemos dejarnos de impresionar por las constantes referencias al ministerio de sanación de Cristo; pues⸴ casi la mitad del material de los primeros ocho capítulos trata de narraciones sobre la curación de los enfermos: ‘Pues curó a muchos⸴ de suerte que cuantos padecían dolencias se le echaban encima para tocarle ‘ ( Marcos 3⸴10). Una actitud básica que rechaza completamente la idea de la curación divina es la convicción de que es Dios quien nos manda el sufrimiento. Pensando de tal manera⸴ el pedir sanación es ir contra la voluntad de Dios y negar la cruz que Él nos ofrece. Demasiadas veces el predicador presenta la enfermedad como un efecto del amor purificador de Dios⸴ antes que presentarlo como un elemento del reino del mal. La enseñanza cristiana indica que la enfermedad es el efecto del pecado. En ninguna parte del evangelio leemos que Cristo animara a la gente para que se quede con sus enfermedades. Al contrario⸴ Cristo trata a las enfermedades como una manifestación del poder del mal⸴ de Satanás⸴ que ha venido a destruirnos. La idea de ‘ aquellos a quienes Dios ama tendrán que sufrir más ‘ o de que⸴ ‘ si carga generosamente con su cruz en esta vida⸴ recibirá en premio una corona de gloria en el cielo ‘⸴ es antibíblica. La Palabra de Dios dice que Cristo llevó él mismo nuestros pecados ( 1 Pedro 2⸴24). Él fue hecho por nosotros maldición ( Gálatas 3⸴13) cuando Él tomó nuestras enfermedades ( Mateo 8⸴17). El Señor quiere sanar todas nuestras enfermedades : ‘ El es quien perdona todas tus iniquidades⸴ el que SANA TODAS tus dolencias ‘ ( Salmo 103⸴3).