LOS RELOJES TORTURAN
La Biblia dice en Mateo 6⸴34 ; ‘ Ni se preocupen por el día de mañana⸴ pues el mañana se preocupará de sí mismo. Basta con las penas del día’. Lo que Jesús quiere condenar es el temor excesivo ante los afanes de la vida. Al que se afana excesivamente le sucede como al estudiante que se deja invadir por el nerviosismo a la hora del examen; su mente se embota y ya no logra pensar con claridad. Cuando nos afanamos excesivamente⸴ ya no logramos tener dimensión de fe en nuestra manera de situarnos en el mundo; ya no logramos ver la mano de Dios en todas las circunstancias. El temor⸴ en todo el sentido de la palabra⸴ viene a ser desconfianza en Dios que cuida hasta los lirios del campo que van a parar al basurero. El miedo ante el futuro nos hace olvidar que hay un Padre que⸴ aunque nosotros lo olvidemos. El nunca se olvida de nosotros. Eso es lo que Jesús condena cuando dice que no debemos afanarnos por el día de mañana. Un sencillo hombre⸴ ante todos los acontecimientos⸴ siempre decía : ‘ Dios lo hace bien todo ‘. Un día viajaba en un borriquito⸴ llevaba un candil para alumbrarse en la noche y un gallo para que lo despertara en la madrugada Mientras pasaba la noche bajo el follaje de un árbol⸴ salió una zorra de su madriguera y devoró al gallo; un león dejó su cueva y acabó con el burro; un fuerte viento apagó el candil. Según su costumbre⸴ aquel hombre dijo: ‘ Dios todo lo hace bien’. Al día siguiente⸴ cuando ingresó al pueblo cercano⸴ se enteró de que una banda de asaltantes había pasado a cuchillo⸴ la noche anterior⸴ a la gente que había encontrado en el camino. El sencillo hombre pensó para sus adentros:’ Si la zorra no se hubiera comido a mi gallo⸴ si el león no hubiera terminado con mi burro⸴ y si el viento no hubiera apagado el candil⸴ aquellos bandoleros me hubieran encontrado y matado. Dios lo hace todo muy bien’. La persona que de corazón piensa que ‘ Dios todo lo hace bien ‘⸴ sin lugar a dudas⸴ después de haber buscado con todas sus posibilidades el reino de Dios y su justicia⸴ se abandona en manos de Dios y está segura que el Señor no la dejará abandonada. Sólo nos queda un dilema: o confiar en nuestros relojes y computadoras o abandonarnos en manos de Dios Padre; o úlceras⸴ stress⸴ o la serenidad del niño que se abandona en su padre.