UNIENDO LA BRECHA GENERACIONAL.

Una santa pasión será el latido del obrar del Espíritu Santo en los últimos tiempos⸴ que cada vez está más cerca. Será un amor apasionado por Dios⸴ el amor de la esposa por su esposo⸴ el amor entre padres y madres y sus hijos e hijas. Será el amor del Padre celestial derramado en y a través de sus hijos. El padre anhela lanzar una demostración de sus hijos e hijas en el escenario de la historia. Más de una vez los evangelios registran que su voz retumba desde los cielos diciendo de Jesús: ‘ Este es mi Hijo amado⸴ en quien tengo complacencia ‘. Él quiere mostrar sus Elías⸴ sus Eliseos⸴ sus Isaías⸴ sus Jeremías⸴ presentarlos delante del mundo vestidos de bondad y justicia y coronados de santidad y decir: ‘ Estos son mis preciosos hijos⸴ a los que amo ‘. Dios está buscando intensamente hijos con los que pueda guardar su pacto. ‘ Porque los ojos de Jehová contemplan toda la tierra⸴ para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con él ‘ ( 2 Crónicas 16⸴9). La pasión del corazón por Dios es la clave que libera la plenitud de su presencia y su poder en las vidas de sus hijos. Aunque Dios desea bendecir a su pueblo y usarlo para bendecir la Tierra⸴ el diablo siempre trata de destruir. Satanás quiere maldecir a los hijos e hijas y separarlos de la su herencia y su destino divino. Es por eso que ha atacado tan salvajemente a la familia sembrando semillas de discordia⸴ desconfianza y confusión moral que llevan a divorcios⸴ vidas destruidas⸴ relaciones rotas⸴ y esperanzas y sueños rotos. Sus ansias de destruir están detrás de la industria del aborto⸴ la pornografía⸴ el satanismo⸴ la Nueva Era⸴ que trata de borrar la promesa de toda una generación nueva. Dado que odia la verdad⸴ Satanás ha inspirado leyes y filosofías que niegan a Dios y contradicen la Biblia⸴ tales como el matrimonio entre homosexuales y lesbianas. Para que las sociedades de nuestros países sean transformadas⸴ debe restaurarse la conexión espiritual entre la generación mayor⸴ la intermedia y la joven. La ‘ brecha generacional’ que se abrió en los años de 1960 significó⸴ de parte de los jóvenes⸴ un rechazo generalizado a los valores tradicionales y la rebelión contra la autoridad⸴ y sus efectos aún se sienten una generación después. Para cruzar esa brecha⸴ será necesario que las tres generaciones trabajen juntas. Cada generación debe comprometerse a pasar sus valores⸴ sabiduría y autoridad a la siguiente. Los creyentes⸴ sea cual fuera su edad⸴ deben estar dispuestos a ‘ pararse en la brecha ‘ e interceder por la reconciliación generacional. De no ser así⸴ esta maldición de rebelión y división será rota⸴ y con el tiempo empeorará.