DIOS NO LO QUIERE POBRE NI NECESITADO.

Materiales bíblicos para el mundo

DIOS NO LO QUIERE POBRE NI NECESITADO.

21 enero, 2019 Tratados 0

No se les ocurra pensar: Toda esta riqueza la hemos ganado con nuestro propio esfuerzo. Deben acordarse del Señor su Dios⸴ ya que ha sido él quien les ha dado las fuerzas para adquirirla⸴ cumpliendo así con ustedes el pacto que antes había hecho con los antepasados de ustedes.


Pero si se olvidan ustedes del Señor su Dios⸴ y se van tras otros dioses y les rinden culto⸴ yo les aseguro desde ahora que ustedes serán destruidos por completo ‘ (Deuteronomio 8⸴ 17-19).



La pobreza no forma parte del cristianismo. Es la prosperidad la que forma parte de él. La prosperidad forma parte del plan redentor de Dios para su pueblo. Si pensamos que la pobreza forma parte del cristianismo⸴ entonces la pobreza se quedará con nosotros. Pero cuando comprendemos que hemos sido redimidos de ella por la sangre de Jesús⸴ podemos ser liberados y recibir la prosperidad que Dios tiene para nosotros.



En muchos púlpitos se afirman enseñanzas donde se dice que la prosperidad no viene de Dios; sin embargo⸴ no olvidemos que es el dinero el que enciende las luces. Es el dinero el que alimenta a los niños de Camboya. Es el dinero el que sostiene a los misioneros mientras ellos les presentan el Evangelio a las almas perdidas. El dinero es un medio determinante en la obra de Dios para llevar almas al cielo.


los orfanatos. El dinero significa que podemos alcanzar a los jovencitos que viven en las calles.


No escuche a nadie que enseñe que Dios lo quiere pobre y necesitado. Si lo escucha⸴ lo va a absorber



La sangre que Jesús derramó cuando le clavaron la corona de espinas en la cabeza ha invertido la maldición de la pobreza a la prosperidad⸴ es creer que la sangre de Jesús ha invertido la maldición⸴ aceptar su promesa de prosperidad para la vida de usted⸴ y obedecer a Dios⸴ siendo generoso.



En este mundo hay que ganarse el pan todos los días. Sin embargo⸴ Dios multiplica nuestro trabajo. La cosecha que le cuesta al mundo un año de trabajo⸴ Dios se la puede dar a sus hijos en un mes. Lo que al mundo le cuesta diez años ganar⸴ Dios nos lo puede traer a nosotros en seis meses. El mundo funciona a base de la ley de la pobreza⸴ por el sudor de su frente; en cambio⸴ usted y yo funcionamos a base de la ley de la redención⸴ por la sangre de su frente⸴ y esa maldición de la pobreza ha quedado rota para nosotros.



Una cristiana dijo: Quiero que sepa que soy la primera persona en la historia de mi familia que ha comprado casa. El espíritu de pobreza ha quedado roto en mi vida y en la de mis hijos⸴ y soy la orgullosa propietaria de mi hogar. Gloria a Dios.