¿ IGLESIA FRÍA O CALIENTE ?
En Apocalipsis 3⸴ 15-16 leemos: ‘ Yo sé lo que vales: no eres frío ni caliente; ojalá fueras lo uno o lo otro. Desgraciadamente eres tibio⸴ ni frío ni caliente⸴ y por eso voy a vomitarte de mi boca ‘. A través de estos tratados⸴ no sólo quiero impartir conocimiento detallado sobre la pronta venida de Cristo⸴ sino también quiero ser una voz de alerta⸴ para que a tiempo este país se arrepienta y se torne a Cristo y escape de la IRA que vendrá. Es tiempo final. Pronto será tarde para este país. Todo está claro en la Biblia⸴ como lámpara encendida para que estemos conscientes del tiempo de Su venida ( 2 Pedro 1⸴19). En Efesios 5⸴14⸴ también el apóstol Pablo nos trae una voz de alerta⸴ que a su vez⸴ es una palabra profética⸴ exhortando a la Iglesia en este último período peligrosísimo y oscuro del tiempo postrero⸴ dijo: ‘ Tú que duermes⸴ despiértate⸴ levántate de entre los muertos y la luz de Cristo brillará sobre tí. Fíjense cómo se comportan ustedes. No anden como tontos sino como hombres responsables. Sepan valorizar el momento presente⸴ porque estos tiempos son malos ‘. Insisto en decir que es una voz de alerta⸴ porque Pablo está hablándole a aquellos cristianos que están ‘ dormidos’⸴ los cuales fracasarán en este tiempo que viene. Pero⸴ al mismo tiempo⸴ es una voz profética señalando cómo estaría la Iglesia en este tiempo: DORMIDA⸴ en un sueño trágico de indiferencia e incredulidad⸴ de conformismo⸴ de mundanalidad y de guera entre hermanos. El Espíritu Santo está haciendo un llamado para salvación de almas en este Cantón. No podemos permitir que miles de almas se condenen⸴ aún nuestros propios familiares; y que nosotros permanezcamos indiferentes. Aquel que está convertido⸴ que ha aceptado a Cristo en su corazón⸴ que ha nacido de nuevo⸴ debería decir con el profeta: ‘Oh⸴ haz de mi cabeza aguas y de mis ojos fuentes de lágrimas para llorar por toda esta gente que está aquí perdida ‘ (Jeremías 9⸴1). Porque tenemos que dar de gracia lo que por gracia hemos recibido. Tenemos que pelear por esa gente perdida con todo nuestro corazón para que obtengan la misericordia que Dios ha tenido con nosotros.