LA MUERTE DE UN CONQUISTADOR

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LA MUERTE DE UN CONQUISTADOR

16 enero, 2019 Tratados 0

EL SUFRIMIENTO EN LA CRUZ  COMO SALVADOR

Mientras Jesús pendía de la cruz debe haber parecido un perdedor⸴ una víctima maltratada y ensangrentada. Aunque pronunció palabras agonizantes desde la  cruz⸴ no bajó cuando  le desafiaron para que lo hiciera. Permaneció clavado  a un madero hasta el momento de morir. Pendió allí como «el Salvador del mundo» (1 Juan 4:14).  Había sido tentado y  probado de todas las  maneras concebibles «pero  sin pecado» (Hebreos 4:15).

LA MUERTE DE UN CONQUISTADOR

 Los dichos finales de Jesús que pronunció desde la cruz fueron las palabras de un conquistador. Después de tres horas de oscuridad⸴ con triunfo clamó: tetelestai⸴ que significa «consumado es». Sabía que había sufrido la desolación del infierno y vaciado la copa de la ira de Dios contra el pecado. Ya podía permitir que su Espíritu se separara de su cuerpo. Pablo declaró que Jesús «canceló» el documento  que «nos era adverso». Luego agregó con triunfo: «…y lo ha quitado de en medio⸴ clavándolo en la cruz. Y habiendo despojado a los poderes y autoridades⸴ hizo de ellos un espectáculo público⸴ triunfando sobre ellos por medio de Él» (Colosenses 2:13-15). 

RESURRECCIÓN COMO VENCEDOR

Habiendo obtenido la victoria sobre Satanás al pagar en  la cruz la pena por el pecado⸴ Jesús proclamó esa victoria por medio de su resurrección. Gracias a su victoria en la cruz⸴ «no era posible que  Él quedara bajo el dominio  de [la muerte]» (Hechos 2:24). La muerte perdió su «aguijón» (1 Corintios 15:55).

ASCENSIÓN AL CIELO COMO INTERCESOR TRIUNFADOR

Cuando Jesús ascendió al cielo⸴ entró triunfante y ocupó su lugar de exaltación universal. Vive para interceder por nosotros (Hebreos 7:25). Los que hemos sido reconciliados con Dios al confiar en Jesús tenemos garantizada la plena y final salvación «por su vida» (Romanos 5:10). Vivimos en el ínterin  entre su ascensión y su regreso. Él ya está reinando⸴ pero su gobierno todavía no se ha manifestado plenamente. Un día⸴ toda rodilla se doblará delante de Él y «toda lengua [confesará] que Jesucristo es Señor⸴ para gloria de Dios Padre» (Filipenses 2:5-11). Esperamos ese día confiados⸴ sabiendo que Jesús ya ha triunfado.