URGENCIA DE HABLAR DE CRISTO.
Jesús dijo: – Está escrito que el Mesías tenía que morir⸴ y resucitar al tercer día. En su nombre⸴ y comenzando desde Jerusalén⸴ hay que anunciar a todas las naciones que se vuelvan a Dios⸴ para que sus pecados les sean perdonados ‘ ( Lucas 24⸴ 46-47). Muchas veces hemos sido sacudidos al enterarnos de personas que están dispuestas a suicidarse y que se han subido a una cierta altura o a un edificio para lanzarse al vacío. En todos los casos las personas quieren ayudar a dicho individuo para que no cometa el suicidio. Aparecen la policía⸴ los bomberos y las ambulancias con el propósito de brindar ayuda. Están también los familiares que en su desesperación tratan de evitar el desenlace. Se produce una valiosa inversión de tiempo⸴ medios y recursos. Reaccionamos emocionalmente porque una vida humana es siempre preciosa y queremos salvarla de la muerte. Sin embargo⸴ no ocurre lo mismo cuando vemos que muchos van camino al suicidio espiritual y eterno al rechazar el don de la salvación provisto por Dios en la persona de su hijo Jesucristo. La mayoría de las veces no les prestamos toda la atención que necesitan. ¿ Es que acaso la muerte espiritual de una persona es menos importante que la muerte física ? ¿ Es que acaso la vida física y temporal vale más que la vida espiritual y eterna ? En ocasiones estamos dispuestos a darle a las personas los regalos y dones más preciosos que podemos. Gastamos en ellos todo el dinero que sea necesario; estamos inclusive decididos a donar nuestra propia sangre y aun parte de nuestros órganos vitales si se precisan para salvar su vida. pero parece que no nos damos cuenta de que el mejor regalo y la mejor obra que podemos hacer por ellas es llevarlos al conocimiento de Cristo Jesús como Salvador y Señor. Hemos perdido un poco el sentido de la importancia y urgencia de la salvación del alma. La gente va camino del infierno⸴ que es la separación eterna de Dios⸴ y casi ni nos preocupa. Es necesario que despertemos y compartamos a Cristo con mayor celo evangelístico. Hemos sido salvados para salvar. Dios nos ha comprado al precio de la sangre de su Hijo derramada en la cruz del calvario⸴ razón por la cual le pertenecemos y en tal concepto Él nos da la seguridad de la vida eterna y el perdón de nuestros pecados⸴ pero también desea utilizarnos para que otros conozcan la verdad del Evangelio que llegó hasta nosotros⸴ gracias a que otros se ocuparon de hablarnos. El relato de nuestra conversión es el más efectivo testimonio.